Pensamiento crítico y propósito en tu vida

¿La vida está determinada por el puro azar o tiene un propósito?

Esta disyuntiva, aún no resuelta, es una de las claves para profundizar en nuestra comprensión del mundo. 

La «teleología», la idea de que la vida evoluciona, no aleatoriamente, sino hacia una dirección determinada se apoya en la constatación de que -inmersa en un entorno en el que todos los sistemas evolucionan hacia una mayor desorganización (entropía)- el conjunto de la vida ha evolucionado hacia mayores niveles de complejidad y organización.

Pero, ¿y en el caso de una vida en particular? Tu propia vida, pongamos por caso. O la de tu hija, si así lo prefieres.

Sin duda, todos moriremos y, por tanto, se cumplirá en nosotros, inexorablemente, la segunda ley de la termodinámica. Sin embargo, no es lo mismo vivir creyendo que tu vida está en manos del ciego azar que vivir creyendo que tus actos sirven a un propósito.

El proceso de descubrir a qué propósito podría servir tu vida -o quizá la de tu hijo- podría ser muy bien la finalidad última de una educación al servicio de la vida.

¿No es sorprendente que cuando nos enfocamos en desarrollar un modelo de educación que sirva a la vida, al tiempo estemos desarrollando -lo queramos o no- un modelo de educación que indague en el propósito de la vida personal? Para ello, es necesario desarrollar la capacidad para pensar críticamente, para discriminar lo que te conecta, lo que tiene sentido para ti.

A continuación, compartimos un breve fragmento de una conversación entre Jordi Pigem y Heike Freire (1) , en el que se destaca una reflexión sobre las cualidades que el futuro está pidiendo a la próxima generación de seres humanos.

Resulta interesante que “pensar por uno mismo” es una de las cualidades que más han desplegado las personas que han vivido la experiencia de ojo de agua, cuando se las pregunta en qué grado (de 1 a 10) consideran que han desarrollado su capacidad para…

Contribuir al desarrollo de procesos de relación humana mediante una educación de servicio a la vida y, al tiempo, de servicio al propósito vital personal es nuestro constante desafío, junto al cuidado de la salud emocional y social, tan frágiles hoy.

Recuerda que «la pérdida o ausencia de un sentido de la vida es, quizá, el denominador común de todas las formas de perturbación emocional.» (Paul Watzlawick)

(1) https://youtu.be/eluDh-4a-HA

(2) https://ojodeagua.es/wp-content/uploads/2020/12/LA-HUELLA-VITAL-TRAS-UNA-EXPERIENCIA-DE-EDUCACIÓN-AUTO-DIRIGIDA-FINAL.pdf

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