“Normalmente, los niños no hacen lo que los padres dicen; normalmente hacen lo que los padres hacen.” (Gandhi)
“Haz lo que yo digo y no lo que yo hago”, reza el antiguo proverbio que reflejaba con claridad meridiana la conciencia del momento.
Hoy, sabemos que el ejemplo es el mejor instrumento con el que contribuir a la educación integral de la persona.
A través de nuestros actos físicos reales, conscientes -y, en mayor medida, inconscientes- mostramos quiénes somos y cuáles son nuestros valores más auténticos.
Y no tanto a través de las palabras, esas abstracciones tan flexibles que pueden traslucir una cosa y su contrario.
Tu cuerpo no miente; tu inconsciente, tampoco.
Cuanta más consciencia del aquí y ahora, mayor coherencia entre palabras y actos y mejor ejemplo para los hijos.