Burocracia y educación

Los sistemas burocratizados necesitan homogeneizar, estandarizar, medir, comparar, protocolizar, regular,…

Así, pueden lograr una mayor eficacia en la gestión que tienen encomendada.

Pero los seres humanos son organismos vivos y, por tanto, sistemas abiertos, impredecibles, espontáneos, incuantificables,… incontrolables, libres.

La burocracia y la intuición son como agua y aceite.

Al burocratizar la educación, algo se pierde por el camino: se inicia un proceso de deshumanización.

Un sistema burocrático es un sistema que teme y desconfía. No puede permitirse una exploración desordenada y caótica de los intereses cambiantes de una persona.

“Se trata de abandonar este enfoque administrativo de microgestión de la educación y permitir que las personas desarrollen las habilidades que tienen de manera innata.” (Iain McGilchrist)

*