No es el qué; es el cómo

¡Hay tanto que aprender!

Como tenemos cada vez más acceso a más información, cada vez sentimos que es más importante acumular más conocimiento. Si no, nos estamos perdiendo algo.

Esto sucede también en el sistema educativo. Por eso, los planes de estudios incrementan los contenidos que se “deben” aprender. Por eso, hay que empezar el aprendizaje de la lecto-escritura antes. Por eso, hay que hacer más clases extraescolares y desde más temprano. Por eso,  hay que incrementar la cantidad de contenidos de currículum. y así, todo se aprieta y se apresura más.

Y si, tu hijo o tu hija no llega, “si no le da la vida”, entonces no estará a la altura, estará perdiendo oportunidades, quedará en desventaja frente a otros estudiantes, tendrá peores notas y sus opciones universitarias se verán limitadas,…. Y necesitará más clases de refuerzo, o clases particulares. O más de lo que sea.

Esta situación es perfectamente coherente con la dinámica social que envuelve nuestras vidas. Más cantidad, más rápido, más estrés, mas inestabilidad. Pero, ¿más es mejor? 

El diseño estructural del sistema educativo “contribuye de manera decisiva a instalar el desasosiego permanente en nuestras vidas, fruto de ese ritmo incesante de actividades continuas”.

Para valorar la experiencia educativa de nuestros hijos nos centramos en “qué” aprenden. Pero no tenemos en cuenta “cómo” lo aprenden. Sin duda, “qué” aprenden los niños es importante. Pero no es menos importante el “cómo”. Si no atendemos al cómo, seguro que nos perdemos algo.

De hecho, el contexto determina no solo lo que se aprende, sino tambien cómo se aprende. Y hay que decirlo, el contexto afecta a todos: sean mayores o menores de edad, sean profesores o estudiantes.

Véamoslo.

En 1.968, Philip Jackson en su obra “La vida en las aulas” acuñó el término currículum oculto; allí «señalaba “tres características de la vida escolar”, tres “hechos vitales”, tres “rasgos poco evidentes pero omnipresentes” que hacen de las escuelas lugares diferentes a cualquier otra formación o institución social. Se refirió a esos tres elementos mediante tres palabras clave, tres términos que, a modo de puntas de iceberg, refieren tres ámbitos de fenómenos complejos: “masa”, “elogio” y “poder”. La peculiaridad de las aulas, lo que hace de ellas lugares únicos, radica en que no existe ningún otro escenario social en el que la “supervivencia” pase por realizar estos tres aprendizajes simultáneos: “aprender a vivir en el

seno de una masa”, “aprender a vivir bajo la condición constante de que sus palabras y acciones sean evaluadas por otros” y aprender a vivir “en un lugar donde la división entre el débil y el poderoso está claramente trazada”»

En el fondo, los contenidos académicos: matemáticas, inglés, gramática, etc. no son sino una excusa para que los niños, aprendan -sin darse cuenta- lo “verdaderamente importante”:

Masa: desindividuación.

Elogio: dependencia (del juicio externo).

Poder: sometimiento.

¿Tendrá esta estructura algo que ver con las tasas de enfermedad profesional entre el profesorado o los crecientes problemas de aprendizaje y salud mental entre el estudiantado? Con el inicio del curso escolar, escalan los datos de empeoramiento de la salud mental de los niños escolarizados. Pero lo normalizamos. es “normal” que nuestros hijos se depriman al reiniciar su experiencia de aprendizaje institucionalizado. ¿Y si los niños sólo estuvieran manifestando su incapacidad para adaptarse a una institución enferma y su malestar fuera un síntoma de salud de su organismo? “Es sano no adaptarse a una sociedad enferma”, decía Khrisnamurti.

Tras embarcamos en crear un entorno en el que vivir y aprender no fueran distintos y experimentarlo y rediseñarlo durante años y años, aprendimos que la institución escolar ese no es el único, ni siquiera el mejor camino para el óptimo desarrollo humano de la infancia. Lo sabemos. Lo hemos experimentado. Es posible un vivir una “vida escolar” con bienestar y salud -sin estrés, agobio y ansiedad- y, al mismo tiempo, aprender y crecer en todas las dimensiones como auténticos seres humanos.

¿Te atreves a explorarlo? Te invitamos a participar en nuestro próximo seminario presencial: Una educación insolita.

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